Básicamente, cuando hacemos referencia a la corrupción nos referimos a aquellos acuerdos considerados inmorales entre dos personas – corruptor y corrupto – aliados en perjuicio de otros; donde se beneficiarán en sus propósitos. En la actualidad, lamentablemente la corrupción tiene protagonismo en los casinos de México.
El Internet, la industria de casinos y especialmente las apuestas deportivas están siendo beneficiados porque generan ganancias de billones de dólares a nivel mundial e importantes sumas en territorio mexicano. En este sentido, no es secreto que operan cientos de casinos de manera irregular y fraudulenta.
Prevalece la corrupción en los casinos
Sin lugar a dudas la industria de las casas de apuestas es un negocio millonario y en México está bajo el mando de los peores permisionarios, tales como: defraudadores, enriquecidos ilícitamente, practicantes de lavado de dinero, encarcelados por portación de armas de guerra, delincuencia organizada, financiadores de campañas políticas presidenciales, prófugos de la ley y prestanombres de cárteles del narcotráfico.
En cuanto al lado de la autoridad, la Secretaría de Gobernación (SEGOB) también mantienen la misma situación de incongruencia en la información, así como complicidad para su regulación. Incluso al otorgar las licencias exigidas no evalúan ni comprueban de donde provienen los fondos del capital del negocio.
Todo esto trae como consecuencia que aparezcan grandes casos de corrupción, como el del Casino Royal en Monterrey en el año 2011, y el caso de la “La Estafa Maestra”, en el año 2017. Son dos acontecimientos que han dejado ver el alcance de la corrupción y sus consecuencias.
Por otro lado, esta problemática se intensifica porque la Dirección General de Juegos y Sorteos miente; es decir, autorizan permisos, pero omiten mencionar que estos cuentan con duración ilimitada.
¿Negocio político?
Los líderes políticos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) figuran como los encargados de monopolizar este negocio, pues de 31 licencias expedidas, 25 fueron otorgadas a permisionarios que se identifican plenamente con su partido. Mientras que el resto fueron otorgadas por el Partido Acción Nacional (PAN). De esta forma, muchos especialistas se cuestionan si esta corrupción está estrechamente relacionada con un negocio político.
De igual manera, dos expresidentes de México suman el mayor número de licencias otorgadas con 7 de 10, como el permiso en 526 de los 692 establecimientos autorizados totales según informa la propia SEGOB.
¿México se esfuerza por combatir la corrupción?
La SEGOB estableció como juego ilegal los que – aun teniendo licencia y permisos – practican juegos de naipes o ruletas en cualquier modalidad; no obstante, la mayoría de estos casinos juegan estos de manera electrónica y las autoridades no han sancionado su práctica.
Cabe destacar que antes del siniestro caso del Casino Royal, por doquier estaban las máquinas de ruletas y juegos similares, luego las eliminaron, pero un par de meses después volvieron a ponerlas en operación.
Así mismo, la Ley Federal de Juegos y Sorteos prohibió la práctica en centros comerciales de dispositivos que tras introducirles una o varias monedas brinden un premio por condiciones de azar, destreza o ambas. Sin embargo, la SEGOB no verifica la operación de estos aparatos denominados como tragamonedas.
En este contexto, queda en evidencia que las autoridades, específicamente la SEGOB, no toma medidas ni dedica esfuerzos en combatir y erradicar la corrupción en la industria de los casinos mexicanos.